En un hito para la exploración espacial, SpaceX, la empresa de Elon Musk, logró una maniobra sin precedentes al recuperar en pleno vuelo la primera fase de su cohete Starship. Este logro marca un paso clave en su misión de crear vehículos espaciales totalmente reutilizables.
El domingo, durante el quinto vuelo de prueba, el cohete Starship de casi 121 metros de altura despegó desde la punta sur de Texas, trazando una trayectoria sobre el Golfo de México. A diferencia de intentos anteriores, esta vez el propulsor de la primera fase aterrizó de manera exitosa en la misma plataforma de la que había despegado tan solo siete minutos antes.
La operación fue posible gracias a los enormes brazos metálicos, conocidos como “palillos chinos”, instalados en la torre de lanzamiento, que capturaron el propulsor de 71 metros durante su descenso. Este es el primer aterrizaje exitoso de este tipo, luego de que en vuelos anteriores los cohetes quedaran destruidos o se hundieran en el mar.
El sonido de la explosión sónica pudo escucharse incluso en la ciudad fronteriza de Matamoros, destacando la magnitud del evento.
Este logro sitúa a SpaceX más cerca de su objetivo de vuelos espaciales rápidos y reutilizables, una tecnología que podría cambiar el futuro de la exploración espacial.