Llama «mancha en la historia» a la escolarización forzosa de nativos
En una visita sin precedentes, el presidente Joe Biden viajó este viernes a la reserva india de Gila River, en Arizona, para ofrecer una disculpa histórica a los pueblos indígenas de Estados Unidos.
Biden definió el sistema de internados gestionado por el Gobierno federal, que durante décadas separó a miles de niños nativos de sus familias para forzarlos a asimilarse a la cultura blanca, como una “mancha en la historia estadounidense”.
“Me disculpo formalmente como presidente por lo que hicimos”, dijo Biden, recordando el dolor y el trauma que causó esa política de asimilación cultural forzada. Este acto de contrición llega tras una investigación exhaustiva liderada por la secretaria de Interior, Deb Haaland, la primera nativa americana en un gabinete presidencial y descendiente de víctimas de este sistema.
Según el informe de Haaland, al menos 973 niños indígenas murieron en estos internados, aunque la cifra real es probablemente mayor. Entre 1819 y 1969, más de 400 instituciones operaron en 37 estados, donde los niños eran sometidos a condiciones estrictas que les impedían hablar su idioma, practicar su religión y conservar su identidad cultural. Biden reconoció que esta disculpa llega con décadas de retraso, pero subrayó la importancia de la resiliencia indígena ante la adversidad histórica.
La visita de Biden también tiene un contexto electoral en Arizona, un estado con una significativa población indígena que tradicionalmente apoya a los demócratas. Además de elegir presidente el próximo 5 de noviembre, el segundo distrito de Arizona decidirá entre Jonathan Nez, miembro de la nación Navajo y ex presidente de la misma, y Eli Crane, un republicano del ala más conservadora.