España se encuentra devastada tras el paso de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que dejó a su paso las peores inundaciones en décadas.
En solo unas horas, las lluvias torrenciales descargaron el equivalente a un año de precipitaciones, afectando gravemente a regiones del sur y el este del país, en especial a la Comunidad Valenciana.
La ciudad de Valencia y sus alrededores sufrieron graves daños: carreteras intransitables, trenes suspendidos, vehículos arrastrados por las riadas y comunidades rurales sumergidas bajo el agua. En Paiporta, una localidad cercana, al menos 40 personas perdieron la vida, incluidas algunas en un hogar de ancianos.
Ante la magnitud de la catástrofe, el gobierno español desplegó más de 1,000 efectivos militares y declaró tres días de luto oficial. Las operaciones de rescate continúan, con cientos de trabajadores de emergencia luchando por evacuar a los atrapados, recuperar cuerpos y limpiar escombros en las áreas afectadas. Las condiciones extremas llevaron al gobierno a emitir alertas pidiendo a los ciudadanos que se mantuvieran a salvo en sus hogares.
El fenómeno de la DANA, intensificado por el cambio climático, se caracteriza por la acumulación de aire frío en niveles altos de la atmósfera, lo que provoca lluvias de alto impacto en zonas ya vulnerables. Con el Mediterráneo registrando temperaturas récord este verano, los expertos advierten que estos eventos extremos podrían volverse más comunes y destructivos en el futuro.