Este evento conjuga tradiciones y turismo, con un derrame económico de 2000 millones de pesos.
Catrinas, calaveras y altares fueron los protagonistas del Gran desfile.
Ciudad de México se pone de gala y recuerda a los Fieles Difuntos con un desfile de carros alegóricos, disfraces, música y baile. La procesión da inicio en el Desierto de los Leones para después tomar la famosa Avenida Paseo de la Reforma y llegar hasta el Zócalo Capitalino en el centro de la imponente Ciudad de México, siendo justamente en ese lugar donde se hará la Mega Ofrenda que desde el año 2005 se acostumbra.
La Mega Ofrenda consta de más de 21 piezas elaboradas con cartón reciclado de hasta 17 metros de altura, luces de colores, réplicas del México prehispánico, 10,000 platas de flor de cempasúchil, trajineras de Xochimilco, un espejo de agua de más de 200 metros cuadrados inspirado en el estado de Veracruz y el esfuerzo de más de 100 artistas mexicanos.
Esto, además de preservar nuestras costumbres, aporta un incremento al turismo del 80% según datos de Alejandra Frausto Secretaría de Turismo de la Ciudad.
Adicional a ese porcentaje, este año se registró un 10% más, sobre todo en ocupación hotelera.
Esta mega ofrenda, logró atraer a más de un millón de asistentes al Zócalo.
La derrama económica esperada, supera los $2,000 millones de pesos.
Este espectáculo retoma tradiciones ancestrales y las combina con nuevas modalidades para incluir a público más joven e invitarlos a que no permitan que la tradición de honrar a nuestros muertos se desmorone cual calaverita de azúcar.