El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aprobó el suministro de minas terrestres antipersonales a Ucrania, una decisión diseñada para reforzar las defensas ucranianas contra el avance de las tropas rusas.
Esta medida, aunque celebrada como un apoyo clave por Kiev, ha generado fuertes críticas por parte de organizaciones de control de armas debido a los riesgos que representan estas armas para la población civil.
¿Por qué se autorizó el envío?
El secretario de Defensa, Lloyd Austin, explicó que esta decisión responde a un cambio táctico en el conflicto. Las tropas rusas han intensificado los avances terrestres, lo que aumenta la necesidad de herramientas para frenar su progresión.
Según Austin, las minas enviadas por Estados Unidos serán «no persistentes», es decir, programadas para autodesactivarse o detonar después de un tiempo, minimizando así el riesgo a largo plazo para los civiles. Aseguró que estas armas estarán destinadas únicamente al uso en territorio ucraniano y fuera de áreas pobladas.
Escalada militar en el conflicto
Esta autorización se produce en un contexto de escalada bélica. Ucrania, respaldada por armas avanzadas de Estados Unidos y Europa, lanzó recientemente misiles de largo alcance contra territorio ruso, lo que provocó una respuesta contundente de Moscú. El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que estos ataques tendrán represalias, elevando aún más las tensiones en la región.
Controversia sobre las minas antipersonales
Las minas antipersonales han sido ampliamente condenadas a nivel internacional debido a su potencial para causar daños a civiles, incluso años después de finalizado un conflicto. Más de 160 países, incluidos muchos aliados de Estados Unidos, han firmado el Tratado de Ottawa, que prohíbe su uso. Sin embargo, ni Estados Unidos, Rusia ni Ucrania son signatarios del tratado.
Ucrania lleva casi tres años solicitando estas armas, argumentando que las fuerzas rusas las han usado extensamente en las líneas del frente, dificultando sus esfuerzos por recuperar territorio.
Reacciones internacionales
La decisión ha sido recibida con críticas por parte de grupos humanitarios y de control de armas, quienes advierten sobre las consecuencias a largo plazo de este tipo de armamento. Por otro lado, algunos aliados europeos han mostrado apoyo tácito, reconociendo la presión militar que enfrenta Ucrania en el este.
Un cambio estratégico
La autorización de Biden marca un cambio significativo en la postura militar de Estados Unidos hacia el conflicto, reflejando la urgencia de apoyar a Ucrania mientras la guerra entra en una fase aún más compleja. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre las implicaciones éticas y los riesgos asociados con el uso de minas antipersonales, una de las armas más controvertidas en los conflictos modernos.