Después de la ruptura en la coalición gubernamental encabezada por el canciller Olaf Scholz. El acuerdo sobre la fecha se alcanzó tras intensos debates entre los principales partidos, el SPD (Partido Socialdemócrata) y la CDU (Unión Cristianodemócrata). La coalición anterior se disolvió debido a desacuerdos sobre políticas económicas, especialmente con la salida del Partido Democrático Libre (FDP) del gobierno.
Esta fecha representa un compromiso, pues la coalición había estado bajo tensiones crecientes, especialmente sobre la gestión de la economía y el presupuesto. Los liberales del FDP, liderados por Christian Lindner, habían propuesto elecciones mucho más tempranas, incluso para el 19 de enero, pero finalmente se acordó el 23 de febrero para dar tiempo suficiente a los partidos y a los votantes para prepararse.
Este escenario se enmarca en un contexto de creciente desconfianza política y económica, con la CDU y otros partidos de la oposición como favoritos en las encuestas, lo que podría cambiar el panorama político de Alemania .